Arte y Salud – Octubre 2022
Seguimos sumando narrativas que nos hablan de trayectorias de vida, visibilizando un entre “arte y salud”, reafirmando que en ese “lazo” se producen transformaciones de vidas singulares y colectivas.
En esta oportunidad, Vale nos cuenta de su proyecto -talleres de mindfulness y dibujo-

Contanos de vos…
Mi nombre es Valeria Chiossone, tengo 42 años. Vivo en Santa Fe y Rincón con mi familia: mi compañero Ramiro y Clara y Camilo de 8 y 5 años.
Entre otras cosas, me dedico a dibujar y a guiar meditaciones.
Me formé como profesional en Arquitectura, ejercí durante aproximadamente 15 años y luego decidí buscar cuál era mi vocación.
Inicié un proceso de búsqueda que derivó en una re-conexión con mi esencia y descubrí un mundo maravilloso dentro mío en relación con el dibujo. Este proceso trajo de la mano un despertar de la consciencia que me cambió por completo la visión y percepción de la vida.
Aprendí a conectarme gradualmente con la gratitud, con la abundancia; a observar las sincronicidades que son esos sucesos que ocurren como mensajes que el universo me va enviando para guiarme, confirmando o descartando los pasos a seguir. Comencé a aprender cómo atravesar miedos, a danzar con los desafíos que la vida me trae. Aprendiendo también a observar mis pensamientos y ese espacio de “nada” que existe entre un pensamiento y el siguiente… De a poco la vida comenzó a fluir bellamente.
Descubrí la poderosa herramienta de la Meditación y experimenté sus beneficios obteniendo principalmente claridad mental sobre todos los asuntos de mi vida. Luego sentí compartirla a otras personas.

¿Cómo llegaste a proyectar los talleres en tu vida?
El taller surgió literalmente mientras me estaba duchando. Jaja. Venía compartiendo clases de meditación online y presencial en 2021 y a la par tomando algunos talleres virtuales de dibujo y en ese momento pensé: “¿y si combino las dos cosas?”. Un montón de ideas me aparecieron.
Investigué un poco y me encontré con un libro hermoso que se llama “La meditación y el arte de dibujar”, de Wendy Ann Greenhalg, donde se combinan maravillosamente ambas disciplinas. Me contacté con ella para consultarle si podía compartir en un taller algunos de sus ejercicios, ella me dio el ok. Así es que diseñé el taller combinando algunos de esos ejercicios con otros que inventé yo y me gustó mucho lo que nació. Luego hice una experiencia piloto con personas cercanas y después lo concreté varias veces en espacios de Santa Fe y Santo Tomé.

¿De qué hablamos cuando hablamos de los talleres de mindfulness y dibujo? ¿Y qué significan para vos?
Mindfulness es una herramienta, una forma de meditación. Es dirigir la atención de manera intencionada al momento presente sin juzgar, o mejor dicho observando los juicios que aparecen.

El taller es una propuesta para conectar con el dibujo a través de la atención plena. Tomando consciencia de la respiración, el cuerpo, las emociones y la mente mientras estamos deslizando el lápiz sobre la hoja. Propongo también conectarnos con ese niñx artista interior que llevamos dentro y dejarlx que se exprese, centrándonos en el proceso más que en el resultado.
Para realizar esta experiencia no es necesario saber dibujar ni meditar.
Digamos que este taller es como un hijo para mí…Nacido desde la más profunda autenticidad que puedo ofrecer. Al sentirme centrada y conectada conmigo misma, pude dejar que la creatividad se exprese a través mío.
Para mí es inmenso dado que surgió sin esfuerzo alguno y entiendo que eso tiene que ver con todo el trabajo que realicé conmigo misma.
¿Qué rescatas de las distintas experiencias que vas transitando?
Principalmente me siento bendecida y honrada por las personas que se acercan. El intercambio con ellas para mí es lo más valioso de cada encuentro. Observo que la mayoría está en un proceso de transformación y es muy gratificante sentir que hablamos el mismo idioma. Hay una retroalimentación super importante para mí.
Mientras se desarrolla cada taller, aprovecho a dibujar lo que sucede, sintiendo la música que elegí para acompañarlo, me hace vibrar, me da placer, siento que estoy donde quiero estar.

Reflexiones finales o lo que quieras sumar
Durante mucho tiempo en mi vida me encontré “viviendo para los demás”, tratando de encajar, de responder a necesidades ajenas, de colmar expectativas que no eran las mías.
EL 2019 fue un año de quiebre para mí, un regalo de la vida donde pude empezar a descubrir la manera de ser quien soy sin miedo, libre de expresar lo que siento y conectada con mis talentos y mis dones. Empecé a transformarlos de a poco en mi actividad laboral y el paso que estoy dando en estos tiempos es generar dinero con ello.
Olvidando y recordando a cada paso que no existe una meta a donde llegar, que el proceso es continuo y que el presente es lo único que existe.
Muchas gracias por el interés y la oportunidad de este espacio para compartir un poquito de mí.